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  • Foto del escritorAdriana Budich

El arte sublima el horror

Actualizado: 26 may 2021

La catástrofe de la pandemia ha vuelto al arte más necesario que nunca, un refugio de la exterioridad y una preservación de la intimidad. Hoy estamos todos en la diáspora, en una emergencia de sensibilidades desencontradas. Hoy la tragedia está en el presente, en la vida misma, en lo social.


La experiencia del sujeto está relacionada a la muerte y ya no son suficientes los objetos que nos tranquilizan sino la urgencia del encuentro con un mismo.


El binomio sujeto/objeto pasa a un segundo plano y se enfrenta al sujeto/enfermedad/muerte.

Hay que reconocer el nacimiento de un sujeto que ya no puede encontrarse con otro y donde la responsabilidad se convierte en la estructura esencial de la subjetividad.


La función primaria del arte viene a ocupar éste lugar que consiste en objetivar el sentimiento de modo que se lo pueda contemplar y comprender y de éste modo comprenderse.


Esa experiencia interior, que no se puede lograr con el discurso pero sí con la mirada que mira y en la que uno puede mirar-se.


Hay un cambio de paradigma, la óptica antropocéntrica, cede ante lo incontrolable. En éstos días ya no se trata de poder, se trata de conservar la inmunidad. Ese hombre de ser para afuera, se vuelve para adentro.


El sujeto se reconoce en el encuentro con los demás, en la alteridad que lo interpela y hoy la responsabilidad es la estructura esencial de la supervivencia. La relación intersubjetiva es asimétrica en el sentido que soy sujeto y sujeción del otro en un espacio donde se juega la muerte.


El rostro tapado es como una resistencia del prójimo a manifestarse, y ya no es aquel que me da una idea adecuada de mí, sino que se vuelve inaccesible y a su vez vulnerable, pero me impide la indiferencia.


El pensamiento debe adecuarse a la situación. Lo significativo de la pandemia es que cambia el concepto de la muerte, así como el siglo XX e Internet cambiaron el concepto del tiempo. Hoy el hombre ya no puede respirar, todo se ha contaminado.


Nietszche decía que “tenemos el arte para defendernos de la muerte” y Lacan que “El arte es una barrera externa que impide el acceso a un horror fundamental”.



Lic. Adriana Budich


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